La práctica docente unidad I. por Adriana Acosta

 

 








La práctica docente unidad I

por  Adriana Acosta

     La práctica docente de acuerdo con De Lella (1999), se concibe como la acción que el profesor desarrolla en el aula, especialmente referida al proceso de enseñar, y se distingue de la práctica institucional global y la práctica social del docente.

     García–Cabrero, Loredo, Carranza, Figueroa, Arbesú, Monroy y Reyes (2008), plantean la necesidad de distinguir entre la práctica docente desarrollada en las aulas y una práctica más amplia, llevada a cabo por los profesores en el contexto institucional, denominada práctica educativa.

     Esta última se define como el conjunto de situaciones enmarcadas en el contexto institucional y que influyen indirectamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje propiamente dichos; se refiere a cuestiones más allá de las interacciones entre profesores y alumnos en el salón de clases, determinadas en gran medida, por las lógicas de gestión y organización institucional del centro educativo.

     Todo lo ocurrido dentro del aula, la complejidad de los procesos y de las relaciones que en ella se generan, forma parte de la práctica docente, en tanto que los factores contextuales, antes tratados como variables ajenas al proceso de enseñanza y de aprendizaje, aquí se consideran parte de la práctica educativa.

     Por tanto, la práctica docente se concibe como el conjunto de situaciones dentro del aula, que configuran el quehacer del profesor y de los alumnos, en función de determinados objetivos de formación circunscritos al conjunto de actuaciones que inciden directamente sobre el aprendizaje de los alumnos.

    Un reto de las universidades es posiblemente no definir el tipo de formación que debe recibir el profesor considerando los cambios actuales en la sociedad y las crisis de diverso orden que han surgido, muchas de ellas de manera imprevista. De igual manera, la escasa orientación (rediseño, actualización) de sus programas académicos que algunas veces tienen poca concordancia con los cambios mundiales, con un pensamiento muy local y no multidimensional, sistémico o multifactorial.

     Un ejemplo es la práctica docente universitaria en ambientes de educación a distancia de carácter emergente a razón de una crisis mundial de salud debido al virus COVID-19, donde no todos los docentes y alumnos se encontraron en situaciones afines en términos de herramientas tecnológicas y recursos digitales necesarios para continuar con su proceso educativo en espacios virtuales. En este tenor, se pone como evidencia que no todos los profesores poseen la misma experiencia ni habilidades en el manejo de las muy conocidas TIC.

     Este vivido ejemplo dejo en evidencia que tanto los docentes como los dicentes se manejan en perspectivas distintas, donde las exigencias y la presión social difieren entre el ser y el deber ser, dejando de lado la axiología, su ética y valores, ara dar satisfacción a sus necesidades sin importar las consecuencias.     

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