CURRICULUM VENEZOLANO. Msc. Albany Linero

 CURRICULUM VENEZOLANO


La República Bolivariana de Venezuela vive momentos de profundas

transformaciones, orientadas a la consolidación de una sociedad humanista,

democrática, protagónica, participativa, multiétnica, pluricultural, plurilingüe e

intercultural; en un Estado democrático de derecho y de justicia, cuyos

principios están definidos en la Constitución de la República Bolivariana de

Venezuela (CRBV) de 1999.


En efecto, la CRBV orienta el proceso de refundación de la República

como fin supremo del Estado y plantea la formación de un ciudadano y una

ciudadana con principios, virtudes y valores de libertad, cooperación,

solidaridad, convivencia, unidad e integración, que garanticen la dignidad y el

bienestar individual y colectivo.


Asimismo, establece la educación integral para todos y todas como

base de la transformación social, política, económica, territorial e internacional;

otorgando al Estado la responsabilidad de asumirla como una función

indeclinable. De allí que, le corresponda al Ministerio del Poder Popular para la

Educación la rectoría de la misma, en los subsistemas que son propios de su

competencia.


Esta visión de la educación, comenzó a prefigurarse en el inicio del

proceso de revisión de las políticas educativas del país en el año 1999 en el

marco de la denominada Constituyente Educativa, en la cual se valoró el

impacto y alcance de la reforma curricular de 1997, concluyéndose que la

misma fortaleció los valores propios del sistema capitalista: el individualismo,

el egoísmo, la intolerancia, el consumismo y la competencia feroz. A su vez,

promovió la privatización de la educación, con el consecuente aumento de los

niveles de exclusión social; desconoció el derecho a la educación de los

pueblos indígenas y las comunidades en condiciones vulnerables; al mismo

tiempo que se evidenció un currículo no contextualizado, signado por el

paradigma cognitivista que favoreció la fragmentación del conocimiento.


Sobre la base de lo antes expuesto y en consonancia con el Plan

Septuanual 2001-2007, el Estado venezolano diseñó e implementó políticas

educativas para dar respuestas al nuevo modelo político-social del país y

asegurar la inclusión, permanencia, prosecución y culminación de los estudios

en todos los niveles educativos; lo cual implica avanzar hacia una educación

emancipadora, liberadora y dignificante, en el marco de los principios

constitucionales.


Con el fin de alcanzar estos propósitos, se generaron dos grandes

estrategias: los proyectos bandera (Simoncitos, Escuelas Bolivarianas, Liceos

Bolivarianos, Escuelas Técnicas Robinsonianas, y Educación Intercultural

Bilingüe) y las Misiones, como medio para garantizar la inclusión de todos los

grupos sociales.


En este contexto, se fue avanzando en la revisión, discusión,

sistematización y construcción curricular, con un enfoque abierto, flexible y

contextualizado; lográndose, a partir de la sistematización del Proyecto

Simoncito, concretar una aproximación del currículo de Educación Inicial;


proceso que permitió que los maestros y maestras del país cimentarán, sobre

la experiencia diaria, el diálogo con estudiantes y comunidades y atendiendo

los aportes de los tres Congresos Pedagógicos realizados, las bases de la

actual consolidación curricular, fundamentada en las ideas emancipadoras de

Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora; así como de pedagogos

y pedagogas venezolanos, venezolanas, latinoamericanos y latinoamericanas

como Luis Beltrán Prieto Figueroa, Belén Sanjuán y Paulo Freire; sin dejar de

considerar los aportes de los paradigmas psicológicos aplicados a la

educación.


Desde esta perspectiva y a la luz de las ideas de estos insignes

pensadores, la Educación Bolivariana se concibe como un proceso histórico-

social, integral y permanente; sustentada en el preámbulo de la CBRV.


De allí que, a través del presente documento se presenten las líneas

orientadoras metodológicas que dan coherencia y pertinencia al proceso

educativo propio del modelo de sociedad que estamos construyendo; único

camino para construir un país en el que reine la justicia social, la igualdad y la

hermandad.


El desafío es transformar la escala de valores capitalistas por una

centrada en el ser humano; trascender el colonialismo eurocéntrico capitalista,

con el cual fue mutilado el ser humano, negándole una de las virtudes más

hermosas que lo caracterizan, como es la capacidad de reconocerse en sus

congéneres y de sentir solidaridad con sus sufrimientos, dolores y carencias;

actuando en consecuencia para transformar su realidad. Ello, implica el

desarrollo de valores, actitudes y virtudes propias de la democracia plena;

vinculadas con los valores de las relaciones afectivas signadas por la

cooperación y la solidaridad; empleando como principal estrategia para


fomentarlos, además de la dialéctica, la reflexión crítica y el diálogo, el trabajo

voluntario, máxima expresión de la concienciación social.


Finalmente, y a partir de la interpretación del pensamiento Martiano de

que “…la unidad de lo sensible y lo racional es un método para depositar la

creatividad, la independencia intelectual y la inteligencia” (Martí: 2001), se

define el pilar Aprender a Reflexionar, lo cual implica dirigir acciones para

formar a un nuevo republicano y una nueva republicana con sentido crítico,

reflexivo, participativo, cultura política, conciencia y compromiso social;

superando con ello las estructuras cognitivas y conceptuales propias del viejo

modelo educativo, el cual pretendió generar ciudadanos acríticos y ciudadanas

acríticas, sin visión de país, sin interés por el quehacer político y sus

implicaciones en el desarrollo económico y social de los pueblos.


Para ello, es necesario promover espacios y proveer experiencias para

que los y las estudiantes aprendan a reflexionar sobre las acciones,

situaciones o realidades en las cuales interactúan; considerar, desde

diferentes puntos de vista, sus significados y reconstruir los conocimientos

desde una óptica ajustada al contexto socio históricocomunitario donde se dan

las acciones. De allí que, Aprender a Reflexionar trasciende el aprendizaje de

informaciones, en tanto se concibe como la generación de nuevos escenarios

y la producción de alternativas de acción, a través de las cuales transformar el

pensamiento lineal, en un pensamiento crítico y creativo.


Por lo tanto, este pilar promueve el aprender a conocer, lo cual implica

preparar al nuevo republicano y la nueva republicana para apropiarse

independientemente de los avances de la ciencia, la técnica y la tecnología;

así como de los elementos correspondientes a su cultura local, regional,

nacional e internacional, en forma reflexiva, con criterio enriquecedor y


transformador de las ideas que se asimilan en beneficio de la comunidad

donde se desarrollará.


La Educación Bolivariana promoverá el dominio de las formas en que

se obtienen los conocimientos en su devenir histórico y en los diversos

contextos socio-culturales, para ser capaces de transferir en la vida cotidiana

esas formas de conocer a los problemas sociales, políticos y ambientales. La

tarea es lograr comprender el carácter social del conocimiento y la forma en

que estos son utilizados en las diferentes culturas.

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